2013-02-22

Tafalla: 1813-2013


"todopueblos.com"

"Al cumplirse en estas fechas el bicentenario de la liberación de la ciudad de Tafalla,
es oportuno analizar tal hecho dentro del contexto de la situación del Viejo Reyno
bajo control del ejército napoleónico desde el año 1808.
Se extiende la tristeza y el pesimismo de unos habitantes,
que no veían el momento de librarse de este pesado yugo
y que estaban esquilmados por las severas exacciones económicas,
en dinero y en especie, con destino al sostenimiento de las tropas francesas.
Y crece, así mismo, la comprensible reacción de muchos jóvenes navarros
que se alistaron en la guerrilla para combatir al invasor y ocupante,
que está llena de episodios heroicos y de crueles represalias.
Las ciudades de Olite y Tafalla eran claves estratégicas
para, por una parte, asegurar el paso de tropas y convoyes por el eje norte/sur,
es decir, desde Pamplona a Tudela, y por otra, controlar el centro de Navarra
con sendas guarniciones acantonadas en ambas ciudades.
Esto facilitaba las importantes requisas por parte de los franceses,
especialmente de cereal y vino, que desde la zona media
eran enviadas a la capital para alimentar tanto a un ejército asentado en Navarra,
y no inferior a 15.000 soldados, como a las tropas que, iban y venían desde Francia
hacia el centro de la península, lo cual hacía que en algunos momentos el mando francés,
designado para gobernar desde Pamplona a este territorio,
tuviese la necesidad de proporcionar forraje para la caballería y acémilas
y el rancho diario para un contingente que podía llegar a los 30.000 hombres.
Tras la detención, en Labiano, del célebre Javier Mina,
caudillo indiscutible de lo que se denominó “el Corso terrestre”
y la reorganización de las diversas partidas de guerrilleros
bajo un mando único que recayó en el pariente de Javier, Francisco Espoz y Mina,
que resultó no menos audaz y mejor estratega,
el ejército francés siente que cambia su situación.
Pasa de ser una fuerza dominante en toda Navarra
a un conjunto de destacamentos, a la defensiva,
situados en las principales localidades, pero en medio de un amplio terreno hostil
en el que van imponiéndose los guerrilleros navarros que cuentan,
como es lógico, con el apoyo de los vecinos de los pueblos
y con la ventaja de conocer su propio terreno.
Así llegamos a 1812, en cuyo año empieza a declinar el poder francés
y renace el optimismo en nuestras tierras al ver que el dominio imperial
puede ser eliminado y el fin de la ocupación está más cerca".


"zonamedianavarra.com"                 
13-2-2013                 
(resumen)                 


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