2014-10-03

Xabier Morrás


Xabier Morrás posa en su casa-estudio ante el cuadro ‘Héroes Anónimos Navarros’.
Xabier Morrás posa en su casa-estudio
ante el cuadro homenaje a Amaiur, aún inacabado.



"Las pinturas de Xabier Morrás tienen sabor a café, a ese cafetito siempre preparado en la mesa de su casa cada vez que compartes con él una charla reposada para hablar de arte, de cultura, de política, de la salud, de la familia, de la ciudad, de la vida en general. Café ligero porque siempre es largo, para disfrutarlo con tiempo, como su pintura, sorbo a sorbo, sin prisas. Café rodeado de cuadros repletos de vida o vida repleta de cuadros. Todo se mezcla. Como en su casa, donde también está su estudio. 

Es el mundo de Xabier Morrás, el de hoy y el de siempre. Pinta lo que vive y vive para pintar, sin más pretensión o con toda la pretensión de quien se siente pleno si con su pintura en algo contribuye a su país, a Euskalherria, la tierra a la que vuelve una y otra vez porque nunca, ni en la distancia, se aleja. Xabier es un hombre de palabra, y de palabras, de conversación, de lectura, de reflexión. Ni vive rápido ni pinta rápido y el resultado es una pintura sólida, de producción lenta, lo que le ha mantenido alejado de las salas mucho más tiempo que el que los espectadores quisieran. Pero tampoco eso le preocupa. No aspira, ni lo ha hecho nunca, a ocupar ningún lugar concreto en la historia del arte a pesar de ser uno de los referentes del arte vasco de los últimos 50 años, maestro de varias generaciones.

Muchos pensamos que ha sido tratado injustamente por la cultura oficial de Navarra, seguro por su compromiso con múltiples causas de su tierra, pero él no lo tiene en cuenta. Sus ojos siguen brillando cada vez que te explica un cuadro, que te abre la historia que acoge cada pintura y te mete de lleno en ella. Ahora mira expectante su último cuadro, aún inacabado, ese homenaje a Amaiur, su gran obra, una de las que se verá en la exposición que el viernes 3 de octubre abre en Pamplona en la Sala de Armas de la Ciudadela. Han pasado doce años desde su última exposición individual. No ha expuesto pero no ha parado. Si no pinta le falta el pulso.
Es su vida".


"Diario de Noticias de Navarra"                           
29-9-2014                           
(resumen)                           


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