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"Hace dos semanas publiqué un post sobre la tortilla de patata
contando que la primera mención escrita en que se habla de ella
está en un Memorial de la Ratonera de las Cortes de Navarra.
Comencé a rastrear en Internet buscando el documento
donde aparece la mencionada primera alusión mundial a la tortilla de patata
y tuve suerte: Hay un trabajo de José María Iribarren
publicado en la revista Príncipe de Viana en el año 1956 titulado
“El comer, el vestir y la vida de los navarros de 1817,
a través de un "memorial de ratonera"
que se puede bajar de Internet en formato PDF.
En este trabajo José
María Iribarren cuenta cuales fueron las peticiones
que los labradores
introdujeron por la rendija de La Ratonera
y las refutaciones y
proposiciones que presentaron en contra
de las reivindicaciones que
otros gremios habían presentado a las mismas Cortes.
QUE ERA LA RATONERA.
Cualquier
navarro que supiera escribir, podía dirigirse a nuestras Cortes
introduciendo sus peticiones por una rendija de la puerta de donde éstas
se reunían.
No era necesario que los escritos estuvieran firmados; eran
debatidos aun siendo anónimos.
EL MEMORIAL DE LA RATONERA
Las
Cortes de Navarra debatían los escritos que les dejaban en la
rendija-buzón
y guardaban en archivo la petición así como lo debatido en
torno a ella.
A este tipo de archivo se le llamaba Memorial de
Ratonera.
……..
LAS PETICIONES DE LOS LABRADORES POR MEDIO DE LA
RATONERA
A LAS CORTES DE NAVARRA DE 1817.
No pretendo copiar
todo lo que José María Iribarren escribe y menciona
de este Memorial de
Ratonera de 1817. Ni siquiera daré entero todo el documento
que los
labradores enviaron a las Cortes de Navarra.
Quien quiera leer íntegramente el interesantísimo
trabajo y comentarios
que José María Iribarren escribe sobre este Memorial, le invito a pinchar aquí
para bajarlo y leerlo en formato PDF.
El documento
comienza con este encabezado:
«El Procurador de los labradores y pedimento
de los mismos,
presentado a los tres Estados del Reino de Navarra junto en
Cortes por Mayo de 1817»
y termina con una amenaza donde los nekazaris
(labriegos) dicen que podrían tomar,
si fueran lícitas, dos medidas de
presión que ellos mismos califican de bárbaras
y que tras leerlas
podemos decir que, de llevarse a cabo,
una de ellas sería una verdadera
atrocidad.
Vayamos al grano. Ahí va el resumen del documento en sus pasajes mas interesantes:
MANUTENCIÓN DE OFICIOS
«Como V. S. Lustrísima se halla en esa ciudad,
tomaremos para la comparación
a los oficiales de ella, no de los oficios ricos,
sino de los más comunes y más probes,
como son carpinteros, comporteros,
cordeleros,
boteros, cerrajeros, sastres, zapateros, y otros así.
¿Cómo se gobiernan éstos?
Los
más de ellos, a la mañana toman sopas y
chocolate, y los que no, su buen almuerzo,
es decir, con sopas, un par
de
huevos, un chistor, una chula de tocino,
una rueda de pescado fresco,
etcétera, con algunos tragos de vino;
a las diez, su ley: pan y algo,
aunque no sea sino una costilla corta,
o una tajadita de salmón; a
mediodía, sopa, buen potaje con tocino,
o ensalada con ídem, puchero de
carne fresca, un
guisadillo, o pescado fresco,
o un cuartico de cordero a su tiempo, su
postre,
y, sobre todo, una pinta de vino;
a la tarde, su merienda con buenos
tragos; a
la noche, la cena,
regularmente en la tertulia, con decente ración, un
ratillo
de diversión,
con la añadidura lo menos de una pinta de vino.
Esto es lo regular y diario; pues en llegando el día
de fiesta,
raro de ellos deja de gastar peseta y media o dos más, sea en casa,
sea en una tarde de campo, sea en una merendola con sus tertulianos.
Sus mujeres e hijos, la ración dicha, y las más de
ellas, tarde y mañana, chocolate,
y en las visitas, que suelen ser muchas,
porque son muy debotas, amigas de cumplir,
y hacer obras de misericordia, en
ver enfermas, paridas, hacer duelo, etc.,
la costradita, pollico, pichones, la
leche helada, el queso helado, etc.
¿Y aún se quejan de que no están bien?
A la fe
nuestra que con menos lo pasamos, y si no, véase.»
MANUTENCIÓN DE LABRADORES
(Subrayaré la alusión a la tortilla de patata)
«El alimento de los labradores de granos suele ser,
generalmente: en la Ribera,
a la mañana, currusco y un vaso de aguardiente, y
quien no le gusta o no le conviene,
una sardina roya, un pimentón, una cabeza
de ajo asada, u otra cosa equivalente
con tres tragos del peor vino; a la ley
(a las diez de la mañana), pan,
pimentón o un grano de ajo crudo, y trago ídem;
a mediodía, pan pimentón, ajo,
abadejo; merienda parda, esto es, ídem; a la
cena, sopas gordas poco empapadas
(si tienen pan), una fritadica rabiosa, trago
de mal vino, aprieta la frente
y a dormir al santo suelo, o al pie del jumento
o de la mula si hace frío.
En el país medio al almuerzo una cazuela de habas
sin grasa y sin aceite,
torta de maíz, al postre un pedazo de pan, y los más
ricos un poquito de tocino,
tres tragos de pitarra (aguardiente ordinario),
algunos pocos de mal vino,
y los más agua fresca, que a nadie le falta; a la
ley, pan solo, o un grano de ajo crudo,
y los que más, un poco de queso
podrido, muy poco vino, y los más, agua fresca;
a mediodía, potaje basto, torta
de maíz, al postre, tajadas de pan (el que tiene)
con sardina roya en salsa de
sólo vinagre, o un poco de abadejo, y los más ricos,
un huevo, en tortilla, o
un poco de cecina o tocino, y muchos más un poco de fruta seca,
los más sin
vino, y los que le tienen, malo, y cuasi siempre aguado; la merienda,
como la
ley; la cena, sopas de ajo (si hay pan), o cuatro hojas de berzas verdes
bailando en agua, torta de maíz que te crió, dichosos los que tienen pan,
dos o
tres huevos en tortilla para cinco o seis,
porque nuestras mujeres la saben
hacer grande y gorda con pocos huevos,
mezclando patatas, atapurres de pan, u
otra cosa;
muchos, media sardina podrida, o un poco de queso, y muchos más,
cuatro nueces,
una pera, una uva, seis castañas (una de estas cosas),
o nada, y
el vino, lo más por el ojo.
Llega el día de fiesta, y la ración igual; felices
los que tienen tres o cuatro tarjas
para beber a escote, o probar una pinta de
vino al mes o al truque con sus camaradas,
y Dios te la depare buena; carne
fresca el día de la mezeta (de la fiesta del Patrón),
en bodas, en bautizos, o
en entierros.
Este es un hecho sin ponderación alguna; y si vamos
a Urral (Urraúl),
hacia Navascués, Roncal, Salazar, Aézcoa, Arce, Ulzama,
y
otras montañas, todavía más miseria.
Es verdad que los que componemos con nuestras casas,
heredades, ganados, etc.
desde mil a ocho mil pesos nos gobernamos algo mejor;
pero nunca tan bien como los oficiales, ni aun tan bien como un sastre
y
zapatero remendón; mas también es verdad que muchos nos gobernamos
aún peor de
lo dicho; pues algunos pasamos días sin ver el pan;
meses estamos sin probar
vino, y no sabemos a qué sabe la carne fresca,
ni salada, ni el pescado fresco,
ni el abadejo, ni la sardina.»
SEGUIDAMENTE SE HABLA DEL VESTUARIO
VESTUARIO DE OFICIOS
«En el vestuario hay la misma y aun mayor diferencia:
pues los oficiales
gastan sombreros finos y entrefinos, gorros negros de seda
(especie de bonetes),
que parecen curas (invención diabólica, cuyo fin sin duda
es
o ridiculizar el hábito de los ministros de Dios, o confundirlos con los del
pueblo,
por lo que convendría remedio).
Camisas delgadas, vestidos de invierno y verano de
paños y telas finas,
capas y capotes a pares, a la par medias, tres o cuatro
pares de zapatos al año,
o parte en alpargatas, y sus hijos ídem.
Pues sus mujeres ¿qué ricas tan cosas llevan?
Ellas,
vestidos enteros de mesulinas que cuando los ponen parecen —de fuera—
unas
Eulalias cubiertas de nieve en el martirio, trajes de percales, jubones
y
basquinas de seda, de qalupín o alepín, y otras telas delicadas,
que en otros
tiempos podríamos jurar no llevaban las reinas y emperadoras,
pañuelos de todos
géneros a muchas docenas, medias ricas de estambre,
algodón, seda, e hilo
zapaticos delgadicos, con otras zarandajas;
y sus hijos parda (a este tenor).»
VESTUARIO DE LABRADORES
«¿Y nosotros? Montera de paño fuerte que vale seis u
ocho reales
y dura seis u ocho años; los más majos, en el verano, sombrero de
cuatro
o seis pesetas, camisas gordas, porque duran más, longarina, chupa,
y calzón del famoso paño roncal de Aoiz y Urroz; los más acomodados,
para los
días de fiesta y funciones, paño de misericordia, o (de) Estella;
chalecos de cordillate,
friso, algunos de pana y otros de maraña;
las medias, medias, de lana
gorda; calzero, albarcas, dos pares de alpargatas
al año, y un par de zapatos
para tres o cuatro años;
nuestros hijos nunca son más que los padres.
¿Y nuestras mujeres?: sayas de estamaña de Jaca, de
marañas
de Nagore y Urroz, basquiñas de carro de oro, jubón de paño de Segovia,
Zaragoza, o Estella, y las más ricas, un vestido de persa o indiana catalana,
alguna saya de percal y basquiña de buela; pestillos de estopa,
monfort
o mahón; pocos pañuelos y éstos los más ordinarios;
medias fuertes trabajadas
en casa; el calzero de muchas, abarcas,
y las que más, dos pares de
alpargatas treinta veces recosidas y remendadas,
y un par de zapatos fuertes al
año.
PROPOSICIONES
DE LOS LABRADORES
ANTE LAS PETICIONES DE LOS OTROS GREMIOS
"Pues agora, ¿tendrán razón los señores oficios para
molestar a V. S. L.
pidiendo providencias para que lo pasen mejor?;
¿por
ventura trabajan más que nosotros?
No, por cierto; a la vista está. Lo que ellos nos
llevan de conveniencias,
nosotros les llevamos de trabajos y trabajo.
Señor, lo que conviene para todo el reino es el que
haya más oficiales y mejores;
pues de este modo su obra será mejor y más
barata.
Es verdad que ellos ganarán menos; pero que sean más cuerdos (más
parcos)
en el alimento, que no sean tan fantasiosos, que trabajen más
—no tanto
como nosotros—, y lo pueden pasar como unos príncipes,
especialmente si
nosotros salimos de miserias.
El rigor de examen y la necesidad de muchos años de aprendizaje
y de mancebo es muy contrario para que haya muchos oficiales,
y ayudará poco a
que sean mejores...
Si desean de veras que los oficiales sean más
perfeccionados,
mejor que con el examen lo conseguirán con que cada uno de
ellos
un día de fiesta al mes dejase de hacer tertulia, y la peseta
que así
ahorrarían, dar (darla) al reino para ayuda de dotar tres cátedras:
la una, de
esa sabienda de algarabías que dicen que todo lo que se enseña
es tan cierto
como tres y dos son cinco; la segunda, de hacer máquinas,
que hacen mucha falta
en los oficios y la tercera, de dibujo,
pues sin saber algo de esto no puede
haber oficial acabado.
Porque algunos hijos nuestros, que han sido soldados
y han andado mucho mundo,
dicen que los oficiales jóvenes en Inglaterra.
Francia, Alemania
y aun en nuestro Cataluña, suelen asistir a estas escuelas,
y
aprenden más que Lepe; y así trabajan todo primoroso y más barato que en esta
tierra.
Puestos estos estudios, los oficiales debían de (por)
obligación
enviar a ellos a sus hijos y aprendices, y en poco tiempo, sin
examen,
sabrían más que sus padres y sus amos.»
LOS DIEZMOS QUE LOS LABRADORES PAGAN A LA IGLESIA,
A
SUS MINISTROS Y A LA CASA REAL,
QUE TAMBIÉN SE EXTIENDA A LOS OFICIOS.
«De todo lo que cogemos —dicen— tenemos que dar el
doce y medio por ciento
—que contando los gastos hacen el veintiséis por
ciento—
para las iglesias, para sus ministros (los eclesiásticos en Navarra
eran entonces 4.400, contando desde el obispo al último cura de pueblo),
para
el Rey y para otros destinos.»
«Y esto —añaden— sólo pesa sobre los labradores y
sobre las propiedades.
La injusticia de esto clama al cielo.»
«Que paguen los
comerciantes, los mercaderes y todos los revendedores,
no el 26 por ciento,
sino solamente el 10 por ciento de sus ganancias.
Que paguen los oficios (los
artesanos) el diezmo: el cerero, de diez velas, una;
el chocolatero, de diez
tareas, una; el platero, de diez cubiertos, uno;
el relojero, de diez relojes,
uno, con descuento de material,
y a este tenor todos los demás oficios.
Que den igualmente los curiales, de diez escritos,
uno; de diez escrituras, una; etc.,
y de este modo no nos llevarían tantas
ventajas ni nos harían tantos desprecios
como agora, porque somos más
miserables que ellos en todo» (…)
(…) «Si se permitiese exportar los granos, aumentarían
los diezmos y las rentas
de los eclesiásticos, y el decoro de las iglesias.
Venderían mucho más
los comerciantes y mercaderes (porque los labradores podrían
comprarles)
y aumentarían la riqueza y el bienestar del Reino.»
AMENAZAS DE LOS LABRADORES
«Si no se permite la extracción, (exportación de
productos agrarios) pediríamos,
si nos fuese lícito, dos cosas, las más
bárbaras: primera,
matar todos los niños expósitos, porque su vida, no habiendo
extracción,
(exportación), es ruinosa para nuestros hijos.
La razón es clara: todos los niños de la inclusa los
piden a la aldea para lactar,
y sólas las niñas quedan en la inclusa; todos
ellos toman el oficio de los nodrizos,
que regularmente son los labradores, y
como no habiendo extracción (exportación)
no hay ganancia, ellos (los
expósitos) sobran.
Todo lo que ellos ganan cuando grandes (cuando son
mayores) nos quitan
o tenemos de menos nosotros y nuestros hijos; pero si hay
extracción
habrá labor y ganancia para todos, y los expósitos nos serán
utilísimos.
»La segunda barbaridad: que se premita que, en junta
que hagan los labradores
en cada lugar, determinen no sembrar en cuatro o seis
años más trigo
que el necesario para el pan de los mismos labradores,
y que todos los demás
mueran de hambre o paguen cada robo de trigo una onza de oro.
¿Y qué tal entonces?».
Firman este escrito, a 14 de mayo de 1817,
«Garro.
Terrentena, Goñi, Burdinerreca, Marruca, Ferranch, Zopolo.
Champes, Mardi,
Bertol, Zarcume, Vuruzuri... (Siguen las firmas hasta diez mil)».
………………..
mucho más extenso y jugoso.
Recomiendo que os lo bajéis del enlace que he sugerido más arriba y lo leáis. Os gustará".
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27-1-2013
(resumen)
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