2013-06-08

"Diccionario vasco-español-francés"


hiru.com
Hace más de un siglo se publicó una obra inmensa, profunda e insuperable de la cultura navarra.
Son 1219 páginas en euskara, castellano y francés, que muestran la palabra específica típica de cada pueblo en cada uno de los rincones de nuestra geografía en los que la lengua propia aún sobrevivía, utilizando para ello tanto doctos libros como, sobre todo, la verdad vertida por los labios de venerables ancianos nacidos hoy hace doscientos años.

Éstas son, sirvan de ejemplo, las localidades y valles de la Alta Navarra que en ella se mencionan, recogidas aquí de la misma manera que el autor quiso:

Alsasua, Arakil, Arbizu, Arezo, Aribe, Arizkun, Artikutze, Azpirozo, Baztan, Basaburua, Berrueta, Bera, Betelu, Bizkarret, Elkano, Eraso, Erazun, Erroibar, Esteribar, Etsalar, Goñi, Goizueta, Iruña, Irurzun, Labayen, Lakuntze, Larraun, Latasa, Leiza, Lekunberri, Lezaka, Narbarte, Olague, Olza, Oriz, Osakar, Osinaga, Ulzama, Ziga, Aezkoa, Auritze, Itzaltzu, Luzaide, Oronz, Orreaga, Otsagabia, Eaurta, Eskaroz, Urdazuri, Zugarramurdi, Bidankoze, Garde, Isaba, Urzainki, Uztarroz, Burunda, Etsarri-Aranaz, Iturmendi.

Y éstas, sus más que humildes palabras de presentación:

"Quince años largos hace ya que proyecté y bosquejé esta obra, contra todo mi carácter, ansiando siempre hacer otra cosa más agradable y más en harmonía con él; no habiendo sido más que desahogos otros trabajos literarios y musicales que en este tiempo he producido.
Poco antes de emprenderla seriamente, y empujado por quien luego había de fustigarme por ser obra prematura, publiqué mi "Euskal-izkindea", la cual, por muy fea que se la quiera suponer, ha estado largos años esperando para sonrojarse á que saliese por ahí otra gramática, vestida como ella á la usanza del país, quiero decier, escrita en vascuence y más digna de verse en un espejo.
Confieso haber sufrido al escribir esta gramática dos equivocaciones enormes.
La primera, al creer que los diversos dialectos de nuestra lengua se podrían reunir y conglomerar tan fácilmente como sustancias que se baten en redoma; y con el ligero conocimiento que de nuestros dialectos adquirí, si bien indirectamente, de Bonaparte, empecé á usar para conseguir mi objeto formas verbales que acaso sean las originarias: "Daut", "Gaiz",...etc.
Mi segunda equivocación fué la de creer conveniente una traducción muy literal en columna contigua, para que al mismo tiempo que aprendiese las reglas tuviese el lector ejercicio práctico, constante y cómodo.
Nada más, lector, acerca de mi pobre primogénita, sino que antes que ella engendré esta obra que tienes entre manos.
El primer año de su gestación me fué sin duda alguna el más duro y á la vez el más agradable. Dondequiera que dirigía mis pasos, por montes, calles ó plazas, me entretenía en combinar letras para arrancar á mi torturada memoria palabras que anotaba cuidadosamente en cuadernos especiales. Y así como los etimologistas de generación espontánea suelen repetir hasta seis, siete ó más veces, por ejemplo "aba-aba-aba", á modo de fórmula mágica para invocar la inspiración, y deducen que la voz "Abalaio" (a-ba-lai-o) viene de "ah! sí, laya, á él", asegurándonos que á falta de anzuelo, red ó arpón, debe pescarse con laya este pez; así yo repetía estas sílabas para acordarme de palabras como Abar, Abaro, Abakando, Abatz, Abarrots, etc.; y combinando así todas las letras del alfabeto en múltiples versiones, formé el meollo de esta obra, un pequeño vocabulario; al cual iba agregando cuanto oía y leía en autores de algún mérito".

Resurrección María de Azkue
1905

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