2015-06-01
Mayo 2015
Sí, querido José Javier, sí, ya lo creo que tenemos cosas que contar
respecto al tiempo que ha hecho en mayo en la capital navarra.
Y es que hablamos de un mes no inaudito pero sí bastante extraño.
Los últimos años estábamos acostumbrados a meses muy húmedos,
ya fuera en primavera, verano, otoño o invierno, pero no a ésto.
Me explico.
Ha llovido siete litros en todo el mes, cuando suele superar los cincuenta.
Al sur de Pamplona la situación es muy preocupante, mucho peor,
ya que en amplias comarcas no ha llovido nada en más de 30 días.
Todo ha estado verde, claro, porque era el inicio de primavera
tras un invierno con generosas precipitaciones y templadas temperaturas,
pero bajo dicho verde se atisba ya la tierra cuarteada, el polvo,
ayudado por el sol y el viento que ha soplado durante muchas jornadas.
En una palabra, si no cambia rápido estamos ante una posible catástrofe,
y las previsiones anuncian más de lo mismo, sólo que en junio, es decir,
oficialmente dicen que seguirá sin llover pero con temperaturas más altas.
Insisto, es una situación peligrosísima, y muy cara por los riegos.
En cuanto a las temperaturas, podemos distinguir dos partes.
Por un lado, hasta el 13 de mayo, la media fue varios grados por encima,
y tras ello sucedió lo contrario, recuperándose de nuevo a fin de mes.
En definitiva, una temperatura media de 15,64º frente a los 14,7º habituales,
lo que quiere decir que mayo ha sido completamente normal en temperaturas,
apenas un gradico más que la serie de las últimas décadas.
Ahora bien, los días 11, 12 o 13 tuvimos medias típicas de julio o agosto,
hasta 23,2º incluso, pero, por ejemplo, el 20 marcamos 9,7º, como en marzo.
En una palabra, querido José Javier, la media es justo la habitual,
pero no porque los días hayan marcado el termómetro en ese punto,
sino porque los contrastes han sido tan fuertes, calor y fresco,
que la media, por pura casualidad, coincide con lo que suele,
pese a que no haya habido apenas días, sólo media docena,
que coincidan con la media expuesta.
Por tanto, temperaturas corrientes, como en todo el año,
y precipitaciones de enero a mayo también normales,
pero muy abundantes en invierno y gravemente escasas actualmente,
lo que, repito, nos llena de seria preocupación.
Lo hemos dicho en pasados meses, si el "cambio climático" por estos lares
supone temperaturas templadas y significativo aumento de lluvias,
no habría mayor problema, pero si surgiera una prolongada sequía
el asunto sería de muy otro calibre. ¡Y es lo que está empezando a pasar!
¿Seguiremos así hasta octubre? Sería dantesco.
¿Volverá a suceder, como en pasados años, que al hacer ahora tan "bueno"
vamos a "padecer" frecuentes lluvias y temperaturas frescas en verano?
Seguiremos informando...
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