2015-09-06
Agosto 2015
Existen datos objetivos, querido José Javier, que demuestran el calentamiento global.
Ahí tenemos, sin ir más lejos, la desaparición de los glaciares pirenaicos,
que evidencian un retroceso sin paliativos en las últimas décadas.
Ahora bien, una cosa es que se den estas circunstancias nunca bien explicadas,
y otra, muy distinta, que los medios de comunicación sean partidistas. Me explico.
Si, por ejemplo, un día hace calor, o varios días seguidos, no hay telediario
o periódico que se niegue a aprovechar la ocasión para hablar del cambio climático.
En cambio, si hay varios días frescos se pasa de puntillas.
Para muestra, un botón.
En algún medio escrito navarro se publicó, en gran formato, a finales de julio,
que las temperaturas medias del mes habían sido cuatro grados superiores a la media,
lo que, según los datos oficiales, era simplemente mentira.
De hecho, julio terminó con un sólo grado por encima de lo habitual,
y como dicho habitual se extrae de la suma de las temperaturas de muchos años
dividido por el número de años en cuestión, varias décadas,
evidentemente un grado por encima de la media es, lisa y llanamente, lo normal.
Vamos, que aunque no pararan de parlotear sobre un julio extraordinario, dantesco,
rarísimo, catastrófico, anormal, de éso nada de nada. Puro sensacionalismo barato.
Ha sido un julio, en Pamplona, de lo más corriente del mundo,
y, si se me apura, algo húmedo, con 41,5 litros en vez de 33.
Es decir, absolutamente normal.
Y en agosto, sufrido José Javier, tres cuartos de lo mismo, pero como ha sido,
si es que se puede afirmar algo, un pelín fresco y bastante húmedo,
ni se les ocurre hablar del tema, por no fastidiar el tópico del cambio climático.
Si las noticias del tiempo concuerdan con el calentamiento, se dan, se magnifican,
pero si las noticias del tiempo no concuerdan, no se dan, o se maquillan, manipulan.
De esta forma, agosto empezó normal tirando a fresco y corriente en las lluvias,
pero a mediados de mes pasó algo menos usual, y es que si la media es 21,4º,
la temperatura media entre los días 14 y 19 fue la siguiente:
17,2; 16,5; 18,1; 18,2; 17,7 y 18,3.
Lo que significa una semana de septiembre en pleno agosto.
En una palabra, el gradico por encima de julio ya iba de largo por debajo en agosto,
y la media de julio y agosto correspondía, casi matemáticamente, a lo corriente.
Incluso, como bien recordarás, José Javier, hubo muchos que nos preguntamos
si el otoño de este año estaba comenzando a mediados de agosto,
entre la gente había una sensación general de "otoñadica".
Otro dato que añadir al respecto, a la sensación: el día 16 la mínima bajó de 10º.
Al final la media de temperaturas ha quedado sólo alguna décima por debajo,
ya que el tiempo se acordó que aún era agosto, que aún no tocaba otoño,
y retomó por sus fueros a finales de mes, con días tórridos de noches tropicales.
Si no hubiera sido por dichos días, habríamos hablado de un septiembre en agosto...
No olvidemos las precipitaciones.
En agosto la media histórica es de 38 litros, y hemos tenido 73,1, casi el doble.
Éste, querido José Javier, es el dato que no veremos en grande en los medios,
porque el tópico del cambio climático exige calor y sequía,
con lo que si en Pamplona apenas pueden falsear burdamente lo del calor,
imagínate la cara que se les queda con los datos de las lluvias...
Porque, como señalamos mes a mes, hay en Pamplona una leve alza de temperaturas,
muy leve, con inviernos más templados y veranos que no son asfixiantes,
pero lo llamativo en la capital navarra, y en general en Navarra,
es que está lloviendo mucho más de lo que solía en pasadas décadas,
hasta romperse registros con unos últimos años muy húmedos.
De sequía nada, pocos incendios frente a otros años, contentos acuíferos y fuentes,
verdísimos montes y parques, embalses llenos, estirón de muchos árboles y arbustos.
Dicen en los medios de comunicación que ha hecho calor en julio y agosto,
hombre, faltaría más, si te parece tenía que nevar o así.
En temperaturas ha hecho lo que debe, con altibajos, lo típico de aquí,
y en precipitaciones se mantiene y consolida su ascenso, un cambio hacia la humedad.
Como posdata, José Javier, no quiero obviar que la media histórica recogida en septiembre
son 18,2º de temperatura con 44 litros de precipitación.
Lo digo porque, históricamente, los primeros días de septiembre son tirando a secos
y muestran las temperaturas más altas del mes, para luego ir cediendo al otoño.
Pues bien, en estos primeros días en Pamplona llueve a ratos,
y no llegamos a la media ni de lejos, varios grados por debajo, fresco.
O sea, que o vuelve el verano o septiembre no les va a cuadrar en sus estrechas mentes,
parece, en suma, que tras la "otoñada" de mediados de agosto,
esta vez sí que el otoño viene adelantado.
Seguiremos informando...
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