"Fruto de más de seis años de trabajo, se presenta "Iraliku’k. La confrontación de los comunales. Etnografía e historia en las relaciones de propiedad en Goizueta", la tesis de la antropóloga Lidia Montesinos, doctora por la Universidad de Barcelona. Esta actividad se enmarca en el programa Azaro Kulturala.
¿Qué le llevó a realizar su tesis sobre Goizueta?
-Conversando con el director de mi tesis, Ignasi Terradas, decidí que quería conocer e investigar sobre un pueblo euskaldun. Faltaba decidir un lugar concreto, un pueblo pequeño que pudiera abarcar para un estudio monográfico como el que estaba pensando. En la elección de Goizueta intervino Txemi Apaolaza, antropólogo hernaniarra. Me llevó un día y quedé prendada del lugar.
¿Cómo está distribuida la propiedad de la tierra?
-Tiene una superficie de 91,36 km² (9.163 hectáreas). Según el Catálogo de Montes de Utilidad Pública, 5.155 ha serían comunales o de utilidad pública y el resto particulares. De todas formas, como los conflictos por el comunal y por los helechales no se han solucionado todavía, las superficies exactas no están del todo claras. En cuanto a la distribución, hay diferencias importantes entre las distintas familias del pueblo que pueden estudiarse a lo largo del tiempo y que se han manifestado por ejemplo en el conflicto de los helechales. Hay que destacar que las formas de apropiación comunal no siempre aseguran una distribución igualitaria, como a veces se piensa.
Iraliku’k, helechales, es el título de su tesis. ¿Por qué?
-Elegí esta palabra porque tiene una gran profundidad antropológica. Es un topónimo que alude a un recurso que ha sido básico y esencial para la vida del baserri y la dedicación agropecuaria. El reparto y ordenación de los terrenos helechales en Goizueta es además una costumbre jurídica que he estudiado con bastante detalle: cómo se hacía este reparto, cómo fue cambiando a lo largo del tiempo y los conflictos que surgían en torno a ellos. Es un conflicto que arroja mucha luz sobre las transformaciones de la propiedad comunal y las distintas visiones sobre los bienes comunales que coexisten en Goizueta y en Navarra. Y sobre todo es interesante porque apenas hace un par de años que se ha llegado a un acuerdo en Goizueta para su resolución y todavía tienen que llevarse a cabo los convenios transaccionales que han acordado vecinos, Ayuntamiento y Gobierno de Navarra.
¿De qué marco teórico ha partido a la hora de realizar su investigación?
-La tesis se enmarca dentro de la Antropología jurídica y los estudios sobre bienes comunales, que tienen una larga trayectoria dentro de la Antropología. El afán ha sido conocer y analizar las transformaciones económicas, políticas y jurídicas que se han dado en Goizueta respecto al uso y apropiación de los recursos, para reflexionar a partir de ahí sobre las relaciones de propiedad.
¿Cuáles han sido los puntales de su investigación?
-La metodología se ha basado principalmente en la inmersión lingüística y en la cotidianidad de la vida local de Goizueta. He realizado dos estancias de 6 meses cada una, compartiendo el día a día con la gente. El trabajo en el archivo municipal y en el juzgado de paz de Goizueta ha sido el otro puntal de la investigación, con idas y venidas al pueblo y documentándome también en Pamplona. A través de la rica documentación jurídica que se guarda en el archivo municipal he podido ir reconstruyendo la historia de la propiedad en el pueblo con datos desde el siglo XV hasta la actualidad.
¿Qué destacaría de su tesis?
-Creo que mi trabajo es una pequeña historia de Goizueta y de cómo han vivido sus gentes a lo largo de las décadas, lo que constituye un ejercicio de memoria que puede interesar a la gente del pueblo y de la zona. Pero además, en la tesis trato de situar esta historia local en el contexto histórico estatal, europeo y global, poniendo en relación también lo que sucede en Goizueta con discursos y teorías antropológicas contemporáneas. Creo que esto puede ser interesante para quienes tengan la inquietud de situar su propia historia en un contexto más amplio y en relación con debates teóricos y políticos que afectan nuestro presente.
¿Y de su experiencia en Goizueta?
-Destacaría la alegría y hospitalidad de sus gentes, y todo lo que he aprendido con ellos. Ha sido toda una aventura lanzarme así a conocer a todo un pueblo y un privilegio la acogida que me dieron. Creo que es un pueblo con mucha vida, con mucha historia y con ganas de seguir siendo pueblo".
"Diario de Noticias de Navarra"
14-11-2014
(resumen)
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