"Con la esperanza de poder recuperar algún los restos de los 20 cascantinos
de los que aún se desconoce su paradero, familiares, vecinos y militantes socialistas
se dieron cita ayer en el cementerio de Cascante
para recordar a quienes fueron fusilados el 1 de agosto de 1936.
Del total de
una larga lista, solo los nombres de José Eleuterio Romano Ullate
(alcalde de Cascante en 1936 y ebanista), Ignacio Lizarbe Martínez,
Estanislao Martínez Díaz, Isidoro Tabuenca Pérez y Honorio Zamora Garro
(todos ellos jornaleros, menos el último que era barbero)
pueden aparecer en la lápida sobre la que ayer colocaron un ramo de rosas rojas.
El resto desaparecieron tal día como ayer hace 78 años y nunca más se supo de ellos.
Las rosas fueron colocadas por Julián Martínez Gómara, hijo de
Estanislao,
que aún hoy es incapaz de hablar o contestar cuando se le pregunta por su padre
o por actos como el de ayer de los que sólo acierta a decir
“es lo más grande que puede haber”, antes de que las lágrimas afloren a sus ojos.
El concejal socialista de Cascante, Juan José Caballero, en un emocionado discurso,
puso precisamente el acento en la necesidad de recuperar los restos de los vecinos.
“Muchas veces cuando veo que se localizan nuevas fosas
pienso será alguien de los nuestros. Nos preguntamos ¿dónde estarán? ¿Dónde se los llevaron?”.
Caballero recordó que este mes han aparecido en una localidad burgalesa
los restos de entre 300 y 400 fusilados en diversas fosas.
Este hecho, como cada vez que se encuentran fosas, ha reabierto las elucubraciones,
“¿estaría alguno de estos cascantinos en la cárcel de Burgos o de León?
¡Qué grande sería que se supiera todo y pudiéramos decir aquí está mi padre, mi abuelo, mi tío...”.
Este edil recordó que recientemente también estuvo en Mendavia
en otra excavación y puso en evidencia lo absurdo de los asesinatos,
“les mataron solo por ser sindicalistas por buscar trabajo
y reclamar sus derechos como personas. No eran criminales ni mala gente”.
José Eleuterio Romano, ebanista, fue elegido como alcalde en 1931,
pero depuesto en 1933 y vuelto a ser elegido en 1936.
El 1 de agosto de 1936 fue fusilado, junto con otros cuatro jornaleros y un barbero,
aunque solo se encontraron los restos de cinco) en Murillo de Las Limas,
un paraje entre Tudela y Arguedas, a la puerta de Bardenas.
Tenía entonces 58 años, militaba en el partido Izquierda Republicana
y tenía cinco hijos: Manuel, Concha, Casimiro, Gloria y Luis.
El pequeño, muy a su pesar, murió en el frente, obligado a luchar en el bando de Mola,
sumiendo a su madre, la murchantina Demetria Aguado, en la oscuridad.
Los restos de los cinco cascantinos se recuperaron el 21 de septiembre de 1985
y se les enterró juntos, tres días después, bajo la misma lápida.
Fusilados de los que se desconoce su paradero.
Tomás Álaba Arbiol, Galo Arbiol Jiménez, Salustiano Eguizabal Eguizabal,
Emilio Fernández Pino, Pablo García Gómez, Félix Giménez, Carmelo Giménez,
José Giménez Arnedo, Sergio Giménez Cubero, Antonio Guardia Pérez,
Martín Guardia Pérez, Antonio Martínez Martínez, Mariano Pérez Galindo,
Manuel Royo Felipe, Juan Royo Jiménez, Hipólito Hernández Calvo,
Nicasio Hernández Sánchez, Juan Martínez Martínez.
Enterrados en la lápida.
José Romano Ullate (58 años), Isidoro Tabuenca Martínez (49 años),
Estanislao Martínez Díez (28 años), Honorio Zamora Garro (30 años),
Ignacio Lizarbe Martínez (49 años).
Mujeres.
Además de los 24 fusilamientos, se rapó el pelo a 17 mujeres de Cascante,
muchas de ellas parientes de los que habían fusilado días atrás.
Estos actos, como en otros pueblos, se hacían en público
y se obligaba a desfilar a las mujeres rapadas entre los insultos y risas de los vecinos".
(alcalde de Cascante en 1936 y ebanista), Ignacio Lizarbe Martínez,
Estanislao Martínez Díaz, Isidoro Tabuenca Pérez y Honorio Zamora Garro
(todos ellos jornaleros, menos el último que era barbero)
pueden aparecer en la lápida sobre la que ayer colocaron un ramo de rosas rojas.
El resto desaparecieron tal día como ayer hace 78 años y nunca más se supo de ellos.
que aún hoy es incapaz de hablar o contestar cuando se le pregunta por su padre
o por actos como el de ayer de los que sólo acierta a decir
“es lo más grande que puede haber”, antes de que las lágrimas afloren a sus ojos.
El concejal socialista de Cascante, Juan José Caballero, en un emocionado discurso,
puso precisamente el acento en la necesidad de recuperar los restos de los vecinos.
“Muchas veces cuando veo que se localizan nuevas fosas
pienso será alguien de los nuestros. Nos preguntamos ¿dónde estarán? ¿Dónde se los llevaron?”.
Caballero recordó que este mes han aparecido en una localidad burgalesa
los restos de entre 300 y 400 fusilados en diversas fosas.
Este hecho, como cada vez que se encuentran fosas, ha reabierto las elucubraciones,
“¿estaría alguno de estos cascantinos en la cárcel de Burgos o de León?
¡Qué grande sería que se supiera todo y pudiéramos decir aquí está mi padre, mi abuelo, mi tío...”.
Este edil recordó que recientemente también estuvo en Mendavia
en otra excavación y puso en evidencia lo absurdo de los asesinatos,
“les mataron solo por ser sindicalistas por buscar trabajo
y reclamar sus derechos como personas. No eran criminales ni mala gente”.
José Eleuterio Romano, ebanista, fue elegido como alcalde en 1931,
pero depuesto en 1933 y vuelto a ser elegido en 1936.
El 1 de agosto de 1936 fue fusilado, junto con otros cuatro jornaleros y un barbero,
aunque solo se encontraron los restos de cinco) en Murillo de Las Limas,
un paraje entre Tudela y Arguedas, a la puerta de Bardenas.
Tenía entonces 58 años, militaba en el partido Izquierda Republicana
y tenía cinco hijos: Manuel, Concha, Casimiro, Gloria y Luis.
El pequeño, muy a su pesar, murió en el frente, obligado a luchar en el bando de Mola,
sumiendo a su madre, la murchantina Demetria Aguado, en la oscuridad.
Los restos de los cinco cascantinos se recuperaron el 21 de septiembre de 1985
y se les enterró juntos, tres días después, bajo la misma lápida.
Fusilados de los que se desconoce su paradero.
Tomás Álaba Arbiol, Galo Arbiol Jiménez, Salustiano Eguizabal Eguizabal,
Emilio Fernández Pino, Pablo García Gómez, Félix Giménez, Carmelo Giménez,
José Giménez Arnedo, Sergio Giménez Cubero, Antonio Guardia Pérez,
Martín Guardia Pérez, Antonio Martínez Martínez, Mariano Pérez Galindo,
Manuel Royo Felipe, Juan Royo Jiménez, Hipólito Hernández Calvo,
Nicasio Hernández Sánchez, Juan Martínez Martínez.
Enterrados en la lápida.
José Romano Ullate (58 años), Isidoro Tabuenca Martínez (49 años),
Estanislao Martínez Díez (28 años), Honorio Zamora Garro (30 años),
Ignacio Lizarbe Martínez (49 años).
Mujeres.
Además de los 24 fusilamientos, se rapó el pelo a 17 mujeres de Cascante,
muchas de ellas parientes de los que habían fusilado días atrás.
Estos actos, como en otros pueblos, se hacían en público
y se obligaba a desfilar a las mujeres rapadas entre los insultos y risas de los vecinos".
"Diario de Noticias de Navarra"
4-8-2014
(resumen)
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