En el centro de la fotografía el investigador navarro Juan Mari Martinez |
"desde el año
2011, Juan Mari Martínez y Rafa Zubiria,
miembros de la sociedad de
Ciencias de Aranzadi,
han descubierto evidencias de una calzada romana
entre Luzaide-Valcarlos y el collado de Ibañeta.
Una vía construida hace 2.000 años
que a pesar de la erosión, conserva tallajes en piedra.
En septiembre del 2011, Juan Mari Martínez descubrió la existencia de tres miliarios
(piedras miliarias que se colocaban al borde de las calzadas) en Aurizberri-Espinal
y gracias a ello aumentó la sospecha de la existencia de una posible vía romana,
por lo que crearon un equipo de especialistas en caminos antiguos.
Según relata Martínez "desde siempre los investigadores han pensado
que la calzada romana ascendía desde Ibañeta hasta Lepoeder
para descender a San Juan Pied de Port", algo que no les encajaba.
Por ello, para buscar la realidad de esta vía contaron con la ayuda
del especialista en ingeniera romana Isaac Moreno Gallo,
quien "nos dijo que no era lógico que los romanos ascendieran
a 1.430 metros de altitud teniendo un paso a 1.056 metros".
Entonces comenzaron a buscar en el puerto de Ibañeta a la altura de Errekaundi,
"cruzar la regata, escarbar en la tierra y encontramos el primer indicio",
comenta el restaurador. Desde entonces han sido dos años investigando,
de los que Martínez deduce que "hay cientos de evidencias
y que nunca había encontrado un descubrimiento de este calibre".
Tal y
como explica Juan Mari Martínez,
"esta calzada servía para unir Astorga con Burdeos,
puesto que en la ciudad de la provincia de León
se encontraban las mayores minas de oro del noroeste peninsular "
y por ello han estudiado el recorrido.
El estudio deduce que el sendero debía comenzar en la salida de la localidad,
donde está integrada en la actual carretera y en el punto de Olaberri
se separan apareciendo el camino viejo y la anterior calzada romana.
"Desde Olaberri hasta el collado de Ibañeta hemos pasado por lugares
donde la toponimia evoca la existencia de una calzada.
Debía ser muy cosmopolita porque circulaban gente de todos los lados,
junto a los carros que movían todo tipo de mercancías", comenta.
Tanto es así que este restaurador ha encontrado en este paraje espacios
donde la calzada "mantiene sus 5 metros de anchura y donde se pueden observar
marcas de las ruedas, además de tallajes en piedra verticales".
Tras recoger numerosos indicios y cerciorarse de la historia
y el origen de su descubrimiento, el equipo de Aranzadi decidió
ponerse en contacto con vecinos de Luzaide-Valcarlos,
quienes enseguida mostraron interés por "este monumento".
han descubierto evidencias de una calzada romana
entre Luzaide-Valcarlos y el collado de Ibañeta.
Una vía construida hace 2.000 años
que a pesar de la erosión, conserva tallajes en piedra.
En septiembre del 2011, Juan Mari Martínez descubrió la existencia de tres miliarios
(piedras miliarias que se colocaban al borde de las calzadas) en Aurizberri-Espinal
y gracias a ello aumentó la sospecha de la existencia de una posible vía romana,
por lo que crearon un equipo de especialistas en caminos antiguos.
Según relata Martínez "desde siempre los investigadores han pensado
que la calzada romana ascendía desde Ibañeta hasta Lepoeder
para descender a San Juan Pied de Port", algo que no les encajaba.
Por ello, para buscar la realidad de esta vía contaron con la ayuda
del especialista en ingeniera romana Isaac Moreno Gallo,
quien "nos dijo que no era lógico que los romanos ascendieran
a 1.430 metros de altitud teniendo un paso a 1.056 metros".
Entonces comenzaron a buscar en el puerto de Ibañeta a la altura de Errekaundi,
"cruzar la regata, escarbar en la tierra y encontramos el primer indicio",
comenta el restaurador. Desde entonces han sido dos años investigando,
de los que Martínez deduce que "hay cientos de evidencias
y que nunca había encontrado un descubrimiento de este calibre".
"esta calzada servía para unir Astorga con Burdeos,
puesto que en la ciudad de la provincia de León
se encontraban las mayores minas de oro del noroeste peninsular "
y por ello han estudiado el recorrido.
El estudio deduce que el sendero debía comenzar en la salida de la localidad,
donde está integrada en la actual carretera y en el punto de Olaberri
se separan apareciendo el camino viejo y la anterior calzada romana.
"Desde Olaberri hasta el collado de Ibañeta hemos pasado por lugares
donde la toponimia evoca la existencia de una calzada.
Debía ser muy cosmopolita porque circulaban gente de todos los lados,
junto a los carros que movían todo tipo de mercancías", comenta.
Tanto es así que este restaurador ha encontrado en este paraje espacios
donde la calzada "mantiene sus 5 metros de anchura y donde se pueden observar
marcas de las ruedas, además de tallajes en piedra verticales".
Tras recoger numerosos indicios y cerciorarse de la historia
y el origen de su descubrimiento, el equipo de Aranzadi decidió
ponerse en contacto con vecinos de Luzaide-Valcarlos,
quienes enseguida mostraron interés por "este monumento".
"Diario de Noticias de Navarra"
2014-4-19
(resumen)
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