"Cualquier intento de aproximación a la documentación medieval que se nos ha conservado prueba la existencia de una vida judía plenamente afianzada en Navarra desde, al menos, el último tercio del siglo XI.
El calado e importancia de tal presencia se percibe en multitud de manifestaciones.
La política repobladora de los distintos monarcas navarros tuvo en el elemento judío un activo componente de los florecientes burgos de francos, que dinamizaron la vida del país.
Como reconocimiento a tan importante papel, las autoridades políticas admiten su condición de grupo social organizado, estable y singular, lo cual quedó plasmado en los distintos ordenamientos y compilaciones forales".
Juan Carrasco
Sinagoga y mercado
Iruñea 1993
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